En los últimos años los peatones chilenos se han convertido en los que más fallecen en calles y carreteras de América Latina, en su gran mayoría la causa basal responde a la imprudencia de uno de los dos actores; el peatón o el conductor. La falta de atención a las condiciones por donde se circula, y peatones en extremo confiados en las normativas y regulaciones que delegan su vida en manos de un conductor esperando que este respete la norma vigente.
Circular como peatón es evidentemente una desventaja, las calles están hechas para los vehículos y mientras eso no cambie, los peatones debemos ser en extremo precavidos y asegurarnos que cada vez que circulamos o deseamos cruzar una calzada, el o los vehículos se detengan, mientras eso no pase no puedo decidir cruzar. Aunque la ley me lo permita, si el conductor no se detiene de nada me servirá un tribunal a mi favor o el conductor detenido, si sólo puedo esperar flores de mis seres queridos.
Recuerda ¡El Cementerio esta lleno de peatones que tenían el derecho preferente de paso!