Producto de la muerte de un joven de 16 años durante las jornadas de protestas, pudimos escuchar a nuestras autoridades lamentar y preguntar; cuantas víctimas más deben de producirse para que los diferentes actores tomen conciencia y decidan dialogar para buscar soluciones al problema que nos aqueja como sociedad.
Hace dos fines de semana fallecieron treinta chilenos en accidentes de tránsito, hace dos días en Pozo al Monte mueren seis jóvenes en un sólo accidente y a la fecha este año 2011 llevamos varios centenares de muertes y aun no escucho a autoridad alguna preguntarse cuantas muertes tienen que suceder para buscar soluciones. Yo me atrevo a preguntar; cuántas personas deben morir entre fierros retorcidos de los accidentes de tránsito para que la autoridad decida realizar acciones, cuantos chilenos más deben quedar lisiados, cuantos chilenos más deben perder a sus hijos, a sus padres a sus abuelos, cuantas familias deben sufrir antes que la autoridad decida actuar.
Que sucede que no se actúa, es muy complejo desarrollar campañas masivas, o es que el estado no tiene dinero para pagar en los medios de comunicación, o quizás la autoridad cree que lo que hace es suficiente, pareciera que la respuesta esta por aquí; en más de una oportunidad he escuchado decir que pese a los esfuerzos realizados la tasa de accidentes no baja, pero cuales son los esfuerzos. Un par de carabineros afuera de algún bar controlando, eso no es esfuerzo es parte del trabajo cotidiano, o quizás esfuerzo se refiere a un par de carabineros en los peajes, en fines de semana entregando folletos, esto podría ser más parecido a un esfuerzo, pero lo sería si esos carabineros estuviesen todos los fines de semana en distintos y variados puntos del país realizando esta labor y sería aun mejor si este personal hiciese este trabajo todos los días en miles de puntos del país, y mejor aun si estos funcionarios, más personal de apoyo visitaran jardines infantiles, colegios , juntas de vecinos, barrios y centros sociales entregando educación vial, si educación vial, este concepto que parece no importar, quizás porque no entrega un título que provoque promoción social, pero que sin duda hace la diferencia entre la vida y la muerte a la hora de circular por calles, caminos y carreteras de nuestro país.