Cuando veo la foto de la pequeña Emilia no puedo más que pedir perdón por ser parte de una sociedad tan indolente, una sociedad que sólo reacciona frente al dolor espontaneo de la tragedia, pero que en ningún caso está interesada en destinar tiempo, ni menos recursos a educar ni sensibilizar.
Emilia Silva Figueroa no debió morir ahora, pero no será la única, muchas Emilias más terminarán sus días producto de un accidente donde la irresponsabilidad estará presente y muchos irresponsables como Nelson Fariña deberán pasar años de vida en alguna cárcel del país, pero esta sanción no nos devolverá a Emilia ni compensara el dolor de sus padres, que soñaban con verla crecer.
Educar y sensibilizar sobre el valor de la vida son los grandes objetivos de la sociedad y las autoridades los llamados a liderar este cambió que evitará que Chile deba llorar a otra víctima inocente como Emilia Silva Figueroa.