19 ENERO de 2012
A las 6:30 AM de hoy 19 de enero de 2012 y a tan sólo seis días del choque de Requinoa donde un Bus de pasajeros impacto a un camión maderero , se repite la dantesca escena.
En el kilometro 168 de la Ruta B1 a 20 kilómetros al sur de la localidad de Tocopilla, en una zona de curvas llamada la piedra de elefante un bus de pasajeros desbarranca provocando la muerte de dos personas, confirmadas hasta hora, dejando 40 heridos de los cuales 28 serían graves, de acuerdo a informaciones de la prensa.
No es necesario ser experto en la materia para notar que algunos patrones se repiten en estos dos últimos accidentes; la empresa y el horario, ¿Debo deducir que es coincidencia?, ¿Debo pensar que las denuncias de los propios trabajadores de la empresa, donde aseguran que no se respetan los descansos de los conductores, son falsas?, ¿Debo hacer oídos sordos y pensar que está seguidilla de accidentes, son simplemente producto del azar?. No señores los accidentes no son producto del azar, esto no es una ruleta, los accidentes son la consecuencia de un actuar, son multi causales y en la mayoría de las veces es el factor humano responsable de la tragedia.
En mi calidad de ciudadano chileno me pregunto, que se está haciendo para evitar este flagelo que son los accidentes de tránsito, cual es el plan de los organismos del estado encargados de esta área. Son las medidas, que se repiten majaderamente en los medios, implementadas por estos organismos estatales suficientes para disminuir la siniestralidad vial y las víctimas fatales, tal cómo se lo han propuesto ellos mismos, pareciera que no. Por qué las autoridades enfocan todo su esfuerzo en medidas coercitivas y de reacción, como son el uso de alcotest y radares de velocidad y no en campañas de educación que son preventivas. El alcohol y la velocidad como causa de accidentes de tránsito no representan más del 20%, sin embargo la autoridad pone todo su esfuerzo en estas medidas represivas, desestimando la posibilidad de educar, formar hábitos y modificar la conducta de nuestros conductores por medio de un trabajo formativo.
En mi calidad de experto en la materia y de ciudadano chileno lamento la incapacidad de los organismos encargados, lamento la tozudez y lamento más aun los muertos, que seguirán engrosando las estadísticas, esparcidos en calles, caminos y carreteras de nuestro país.